La epilepsia

La epilepsia es un trastorno neurológico que afecta a más de 50 millones de personas en todo el mundo. Se caracteriza por la presencia de convulsiones recurrentes causadas por una actividad eléctrica anormal en el cerebro. Estas convulsiones pueden variar en su frecuencia y duración, así como en su intensidad y características.

¿Cuáles son los tipos de epilepsia?

Es importante que los profesionales de la salud estén familiarizados con los diferentes tipos de epilepsia, para poder proporcionar un diagnóstico y tratamiento adecuados.

  • Epilepsia focal o parcial

Este tipo se produce cuando la actividad eléctrica anormal se limita a una parte del cerebro. Los síntomas pueden variar dependiendo de la parte del cerebro afectada, pero suelen incluir convulsiones, alteraciones del lenguaje, del comportamiento, del movimiento y/o alteraciones sensoriales.

  • Epilepsia generalizada

Esta se produce cuando la actividad eléctrica anormal afecta a todo el cerebro. Los síntomas pueden incluir convulsiones tónicas, clónicas, mioclónicas, atónicas o ausencias.

  • Epilepsia idiopática

Se produce sin una causa conocida y suele comenzar en la infancia o adolescencia. Por suerte, la mayoría de las personas con epilepsia idiopática tienen una buena respuesta al tratamiento.

  • Epilepsia criptogénica

En la epilepsia criptogénica no se puede determinar la causa subyacente de los episodios epilépticos. Esto significa que a pesar de las pruebas diagnósticas realizadas, no se ha identificado ninguna lesión cerebral o anomalía estructural que pueda explicar las convulsiones.

A menudo, la epilepsia criptogénica se diagnostica después de que se hayan descartado otras causas posibles de convulsiones, como lesiones cerebrales traumáticas, tumores cerebrales, enfermedades autoinmunitarias o infecciones cerebrales.

  • Epilepsia sintomática

Esta se produce como resultado de una lesión cerebral, un trastorno genético o una infección. Puede ser difícil de tratar y requerir una evaluación y tratamiento especializados.

¿Quiénes tienen  un mayor riesgo de desarrollarla?

Este trastorno neurológico puede afectar a cualquier persona de cualquier edad, género, etnia o clase social. Sin embargo, algunos grupos de personas tienen un mayor riesgo de desarrollarla que otros. Aquí hay algunos ejemplos:

  1. Niños y jóvenes: La enfermedad es más común en niños y jóvenes menores de 20 años. Se estima que la mitad de todas las personas que desarrollan epilepsia lo hacen antes de los 25 años.
  2. Personas mayores: Aunque es más común en niños y jóvenes, también puede afectar a personas mayores. A medida que las personas envejecen, su cerebro puede volverse más propenso a las convulsiones.
  3. Personas con antecedentes familiares de epilepsia: Tener un familiar con la enfermedad, hace más probable desarrollar la afección también.
  4. Personas con lesiones cerebrales: Haber sufrido una lesión cerebral traumática o una infección cerebral, puede aumentar el riesgo de desarrollar epilepsia.
  5. Personas con trastornos neurológicos: Padecer otro trastorno neurológico, como la enfermedad de Alzheimer o la esclerosis múltiple, incrementa el riesgo de desarrollar epilepsia.
  6. Personas con problemas de salud mental: Sufrir trastornos psiquiátricos, como la depresión, la ansiedad o el trastorno bipolar, aumenta el riesgo de desarrollar la enfermedad.

¿Qué síntomas tiene?

A continuación, enumeraremos y explicaremos algunos de los síntomas más comunes de la epilepsia:

  1. Convulsiones: Las convulsiones son el síntoma más común. Se caracterizan por una actividad eléctrica anormal en el cerebro que puede causar movimientos involuntarios del cuerpo, como sacudidas en los brazos y las piernas, caídas al suelo, movimientos de masticación o de los ojos y contracciones musculares. La duración y la intensidad de las convulsiones pueden variar.
  2. Pérdida de conciencia: En algunos casos, las convulsiones pueden ser tan graves que una persona pierde el conocimiento y se desmaya. Esto se conoce como una convulsión tónico-clónica, también conocida como gran mal.
  3. Alteraciones sensoriales: Las convulsiones también pueden afectar la capacidad de una persona para procesar la información sensorial. Esto puede manifestarse como cambios en la visión, el gusto, el olfato o la audición.
  4. Cambios emocionales: Las convulsiones pueden interferir en la actividad emocional de una persona. Esto puede manifestarse como cambios repentinos de humor, irritabilidad o agresividad.
  5. Problemas de memoria: La enfermedad puede afectar la capacidad de una persona para recordar eventos recientes o aprender nuevas habilidades. Esto puede ser un síntoma especialmente problemático en niños en edad escolar.
  6. Problemas de equilibrio y coordinación: Este problema puede afectar la capacidad de una persona para mantener el equilibrio y la coordinación física, llevándola a ser más propensa a caídas o lesiones.
  7. Desorientación: Las convulsiones pueden causar desorientación temporal, lo que puede hacer que una persona se sienta confundida o desorientada.
  8. Sensación de «deja vu»: En algunos casos, puede causar una sensación de «deja vu» en una persona, lo que puede hacer que se sienta como si estuviera experimentando algo que ya ha sucedido antes.

En conclusión, este trastorno neurológico puede tener una amplia variedad de síntomas. Es importante tener en cuenta que no todas las personas con la enfermedad experimentan los mismos síntomas, y que la frecuencia y la gravedad de estos pueden variar de una persona a otra.

¿Cómo se diagnostica?

Su diagnóstico se realiza a través de la evaluación clínica y la realización de pruebas complementarias como la electroencefalografía (EEG), la resonancia magnética (RMN) y el análisis de sangre.

¿Qué tratamientos existen?

Existen varios tratamientos, algunos de los cuales se utilizan en combinación para controlar los síntomas. Aquí te explicamos los principales:

  1. Medicamentos antiepilépticos: Estos son la primera opción de tratamiento para la mayoría de los enfermos. Estos medicamentos ayudan a reducir la frecuencia y la intensidad de las convulsiones. El médico elegirá un medicamento específico basado en la edad del paciente, la frecuencia y el tipo de convulsiones, así como en otros factores médicos.
  2. Cirugía: Esta se puede considerar para personas que no responden bien a los medicamentos antiepilépticos y tienen una causa identificable para sus convulsiones. En algunos casos, se puede extirpar el área del cerebro que está causando las convulsiones. En otros casos, se puede realizar una cirugía para implantar un dispositivo en el cerebro que ayuda a controlar las convulsiones.
  3. Estimulación nerviosa: Se utiliza a menudo cuando la cirugía no es una opción o no ha sido efectiva. Un dispositivo similar a un marcapasos se implanta debajo de la piel y envía impulsos eléctricos a través de los nervios para ayudar a controlar las convulsiones.
  4. Dieta cetogénica: Una dieta baja en carbohidratos y alta en grasas se ha demostrado efectiva para reducir las convulsiones en algunas personas con epilepsia. Esta dieta se llama dieta cetogénica y puede ser recomendada por un médico si los medicamentos antiepilépticos no funcionan.
  5. Terapia ocupacional: Puede ser útil para algunos enfermos, especialmente aquellos que tienen convulsiones que afectan su capacidad para realizar actividades cotidianas ya que puede ayudar a las personas a desarrollar habilidades para vivir con la enfermedad y reducir el impacto de las convulsiones en su vida diaria.

Ejercicio terapéutico

Además de los tratamientos mencionados, los ejercicios terapéuticos pueden ser una herramienta útil para ayudar a las personas con epilepsia a mejorar su fuerza, equilibrio y coordinación. En este apartado, exploraremos algunos ejercicios terapéuticos que los fisioterapeutas pueden utilizar para ayudar a sus pacientes con epilepsia:

  • Ejercicios de estiramiento

Los ejercicios de estiramiento pueden ayudar a mejorar la flexibilidad, reducir la rigidez muscular y prevenir lesiones. Para las personas con epilepsia, los estiramientos pueden ser especialmente útiles para mejorar el equilibrio y la postura. Algunos ejercicios de estiramiento que pueden ser beneficiosos incluyen:

– Estiramiento de isquiotibiales: El paciente debe sentarse en el suelo con las piernas estiradas y los dedos de los pies apuntando hacia el techo. Después, debe inclinarse hacia adelante y tratar de tocar sus dedos de los pies.

– Estiramiento de cadera: El paciente debe sentarse en una silla con los pies apoyados en el suelo. Luego, debe cruzar el tobillo de una pierna sobre la rodilla de la otra pierna y presionar suavemente la rodilla hacia abajo.

– Estiramiento de cuello: El paciente debe sentarse o pararse con los hombros hacia atrás y el pecho levantado. A continuación, debe inclinar suavemente la cabeza hacia un lado, manteniendo la posición durante 20-30 segundos antes de cambiar de lado.

  • Ejercicios de fortalecimiento

Para las personas con epilepsia, pueden ser especialmente útiles para mejorar la estabilidad y el equilibrio. Algunos ejercicios de fortalecimiento que pueden ser beneficiosos incluyen:

– Sentadillas: El paciente debe pararse con los pies separados al ancho de los hombros y las manos en las caderas. Después, debe doblar las rodillas y bajar el cuerpo hacia el suelo, manteniendo la espalda recta. Luego, debe empujar hacia arriba a través de los talones para volver a la posición inicial.

– Plancha: El paciente debe acostarse boca abajo con los codos apoyados en el suelo y las manos entrelazadas. A continuación, debe levantar el cuerpo del suelo y mantener la posición durante 20-30 segundos antes de bajar de nuevo.

– Levantamiento de piernas: El paciente debe acostarse boca arriba con las manos debajo de las caderas. Luego, debe levantar las piernas del suelo y mantener la posición durante 5-10 segundos antes de bajar de nuevo.

  • Ejercicios de equilibrio

Para las personas con epilepsia, los ejercicios de equilibrio pueden ser especialmente útiles para prevenir lesiones y mejorar la calidad de vida. Algunos ejercicios de equilibrio que pueden ser beneficios:

– Equilibrio en un pie: El paciente debe pararse en un pie con los brazos a los lados del cuerpo. A continuación, deben intentar mantener el equilibrio durante 20-30 segundos antes de cambiar de pie.

-Caminar en línea recta: El paciente debe caminar en línea recta, colocando los pies uno delante del otro, como si estuviera caminando por una cuerda floja.

-Balanceo de cadera: El paciente debe pararse con los pies separados al ancho de los hombros y las manos en las caderas. A continuación, debe balancear la cadera hacia un lado y luego hacia el otro, manteniendo la posición durante 20-30 segundos en cada lado.

Los ejercicios terapéuticos pueden ser una herramienta valiosa para ayudar a estas personas a mejorar su calidad de vida. Los fisioterapeutas pueden utilizar ejercicios de estiramiento, fortalecimiento y equilibrio para ayudarles a mejorar la flexibilidad, la fuerza, el equilibrio y la coordinación. Es importante adaptar los ejercicios a las necesidades y limitaciones individuales de cada paciente y siempre consultar con su médico antes de comenzar cualquier programa de ejercicios terapéuticos.

Conclusión

En resumen, la epilepsia es un trastorno neurológico caracterizado por sus convulsiones que puede afectar a cualquier persona. Sin embargo, algunos grupos de personas tienen un mayor riesgo de desarrollarla debido a factores como antecedentes familiares, lesiones cerebrales, trastornos neurológicos o de salud mental.

Por otro lado, es importante que los profesionales de la salud estén familiarizados con los diferentes tipos de epilepsia y las opciones de tratamiento disponibles para poder proporcionar la mejor atención posible a las personas con epilepsia.

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